jueves, 5 de marzo de 2020

ESTANCIA EN TALLIN




                                                Campo de las Canciones en Tallin


Día 23 de junio de 2003, miércoles


Escribo en el autobús que nos lleva camino de San Petersburgo después de pasar un día y una noche en Tallin.

Estamos saliendo de Estonia y vamos por una carretera recta. Cuando veo las flores amarillas junto a otras blancas, pienso que bien podría ser cualquier campo de España en primavera. Observo como las vacas pastan en estas tierras llanas y verdes. Se suceden campos de patatas. Jose intenta sortear los remiendos y agujeros que tiene la carretera.

Se escucha una ópera muy conocida de Pucchini. Ahora no recuerdo su título. La música poco a poco va dejando dormidos a los habitantes de esta casa con ruedas. Nos hemos levantado de madrugada.

Pucchini no ha conseguido dormirme. He leído parte del libro que compré ayer donde explica la ciudad de Tallin. No conocía nada de esta capital. Me gusta ver los sitios y luego profundizar más sobre lo que he visto. Me pasa lo mismo con una exposición de pintura o con los prólogos de los libros. Prefiero mirar o leer y después documentarme. A veces coincide mi impresión con el prologuista o con el crítico de arte y otras no. Es verdad que luego al tener más datos, lo voy apreciando mejor en el recuerdo. No quiero saber nada antes, porque pienso que me predispone y lo que me gusta es que me sorprendan.

Nos han despertado a las seis menos cuarto, hora de aquí. En España es una hora menos. Cuando hemos llevado las maletas a recepción, a eso de las seis y veinte, hemos notado que había una ambulancia en la puerta del hotel y los del grupo estaban algo inquietos. Es entonces cuando nos hemos enterado de cómo un señor del grupo, creo que era por su aspecto, peinaba canas, el de más edad, se ha puesto enfermo hacia las cuatro de la madrugada. Ha venido el médico y al no mejorar se lo han llevado al hospital por lo que se han tenido que quedar e Tallin. Nosotros, sólo lo conocíamos de vista. Ayer por la noche, a eso de las nueve, nos cruzamos con él y su acompañante, una chica rubia más joven, e intercambiamos unos saludos. De lo que pasó después, prácticamente nos acabamos de enterar. El autobús de Salamanca desde hoy llevará cuarenta y ocho personas en vez de la cincuenta de días pasados.

Bosques y más bosques mientras escribo y pienso en el día de ayer.

Recuerdo como al bajar del barco pasamos la aduana sueca y estona. Nos pareció aburrido y cansado a la mayoría de los que viajamos por Europa, esto de las aduanas y lo de la moneda. De todas formas, no fue demasiado complicado.

Como siempre, el autobús de Salamanca, nos estaba esperando para llevarnos a conocer la segunda Perla del Báltico.

¿Qué cómo es Tallin?

Tallín es una pequeña y bonita ciudad medieval a medio camino entre lo soviético, por sus grandes y amplias avenidas, sus tranvías, los pocos coches, el andar de la gente por la calle y lo nórdico: el verdor de sus bosques y jardines, la tranquilidad de sus habitantes.

El guía Archon, un chaval de veintidós años, rubio, no muy alto y con un mechón de pelo que le cae sobre la frente, inquieto, nervioso y entusiasta, nos explicaba la ciudad en perfecto castellano. Después supimos que era autodidacta en esto de aprender nuestra lengua. Él solo con un par de libros y supongo que con constancia, trabajo e inteligencia, es capaz de hablar y hablar horas en castellano a la velocidad que caminaban sus pies, que era mucha.

La primera parada que hizo el autobús fue en el Campo de las Canciones. Allí Archón nos habló de cómo se liberaron de la presión de los soviéticos por medio de las canciones.

-Se reunieron en esta gran explanada muchos hombres y mujeres. Mientras los políticos negociaban, ellos entonaban canciones durante el día y la noche. Por eso la llamaron “La Revolución Cantante”.

Me pareció algo realmente bonito y además sonaba muy bien.

  • A los estonios siempre les ha gustado cantar- Sigue con entusiasmo Archón.- En el año 1960, se construyó en este amplio lugar, una concha acústica en un gran anfiteatro. Desde el siglo XIX, se vienen celebrando festivales cada cinco años y se reúnen miles de cantantes de coros, ataviados con sus trajes típicos que deleitan con sus canciones a miles de espectadores.
Las vistas del mar y la ciudad desde este sitio, ya nos anunciaban la belleza de lo que
íbamos a encontrar después. 

Archón también nos explicó que Estonia estuvo dominada por vikingos, daneses alemanes, suecos y rusos. Quizás por eso, los estones tienen un gran sentido de la independencia. A lo largo de su historia, siempre intentaron liberarse de los pueblos que les fueron ocupando.

En el año 1710 el zar Pedro el Grande, conquista la ciudad de Tallin y toda Estonia se encuentra bajo el dominio de los zares, hasta el año 1917, fecha de la Revolución Rusa. Es en este año cuando el país consigue su autonomía. El 2 de febrero de 1920 la Unión Soviética le concede la Independencia por el Tratado de Tartú. 

Si seguimos con la historia, en 1940 por el tratado germano-soviético (ya se sabe los pactos de Hitler y Stalin) Estonia queda anexionada a Rusia y del 1941 al 1944 los alemanes ocupan el país, hasta que en este último año, Estonia vuelve a formar parte de Rusia y se convierte en una República Socialista Soviética. 

En 1989 cae el muro de Berlín.  Gorvachov, está en el poder y se organiza “El Camino Báltico”, la cadena humana que iba desde Tallin a Riga y Vilnius. Los tres Países Bálticos quedaron unidos pidiendo su independencia. El 21 de agosto de 1991, se reconoce oficialmente la independencia de Estonia y de sus hermanos Letonia y Lituania. Rusia no lo hizo hasta el cuatro de septiembre de ese mismo año.

Se nota que Archón en sus explicaciones,  es muy independentista y no quiere oír hablar de los soviéticos. Sin embargo, por lo que nosotros pudimos comprobar, la mayoría habla el ruso, y es que tantos años de ocupación, no se puede quitar con solo desearlo, ya que los restos de la Unión Soviética son muy patentes.

Seguimos sentados en el autobús de Salamanca, pasando pueblos con casas de madera muy similares a las nórdicas, pero con menos pinturas y más viejas. Atrás ha quedado una ciudad con los famosos bloques prefabricados de hormigón y ladrillo, típicos del estilo comunista. Todos igualitos. En Madrid los he visto en el barrio de San Cristobal de los Ángeles. Cuando voy por se barrio, me los recuerda mucho y ahora que los veo aquí, me recuerdan a los de allí.

La carretera apenas tiene circulación y le falta alquitrán, por eso me es muy difícil escribir. .

Archón nos hacía chistes de lo que contaba y nos hablaba de su idioma estonés :

-Una boda se dice (impronunciable para mi) y esa misma forma indica en su final problema.

Todos reímos al entender como relaciona las palabras boda y problema.

-Nuestro idioma no tiene ni masculino ni femenino- Nos sigue hablando Archón- tampoco tiene futuro, y la mayoría de sus préstamos vienen del alemán. Se escribe con el alfabeto latino, no con el cirílico como los rusos, por eso no tiene nada que ver con este idioma, por el contrario, sí es algo más parecido al finlandés.

Otra vez su orgullo de ser estonés, es muy evidente.

Tallin está dividida en dos partes: La Ciudad Alta, (donde ahora se encuentran mis recuerdos,) tiene una leyenda del rey Kalev, que fue el héroe y señor de toda Estonia. Al morir, su viuda Linda, le lloró durante un tiempo. Después cargó piedras y las llevó donde se encontraba su tumba para que así la viesen todos y honrasen su memoria. De esta forma se constituyó una montaña de piedras que es Toompea, el nombre de esta parte de Tallin que se sitúa en lo alto y donde el autobús nos dejó con Archón hablando y recorriendo la ciudad.

Vimos la Catedral Ortodoxa de Alejandro Neski con sus cúpulas doradas y redondas. Los mosaicos de colores de la entrada, son considerados obras maestras. Tiene once campanas y una de ellas pesa quince toneladas. Pasamos a visitarla por dentro. Es, como la mayoría de este tipo de catedrales, recargada, dorada y lujosa.


Catedral Ortodoxa de Tallin

Alguien pregunta:

-¿Por qué no hay bancos en estas catedrales ortodoxas?

- Se supone que los feligreses están en el camino a su salvación y no pueden descansar- Contesta muy atento Archón.- Es una construcción moderna. La edificaron los rusos en el siglo XIX .

En frente, el palacio de Toompea y sede del Parlamento. Miramos su fachada principal donde se encuentra el escudo de la República Estona. Tres leones azules, con rasgos de leopardo, destacan sobre un fondo de oro. Es un palacio de estilo neoclásico con ornamentos barrocos.

-Este palacio- Sigue entusiasmado Archón- está construido sobre la base de un antiguo castillo al que sólo le quedan dos torres. Observen como en la llamada de “Germán el Largo”, la que se ve allí, ondea la bandera del país con los colores azul, negro y blanco.

Seguimos andando por las calles de esta ciudad alta y nuestro guía nos acerca a un mirador. Unos músicos ambulantes, al ver pasar a Archón, nos saludan en castellano y comienzan a tocar el pasodoble “Que viva España”.


La Torre de San Olav

Desde el mirador se ve toda la Ciudad Baja medieval y las torres que sobresalen de entre los tejados rojos de las casas de piedra.

-La más alta de las torres, es la del campanario de la iglesia de San Olav , que en los siglos XV al XVII fue la más alta del mundo, con 159 metros, desde el suelo hasta la cresta dorada del gallo. A lo largo de su historia, ha tenido varios incendios provocados por los rayos. Después del último, en 1820, la torre “sólo” mide 123.7 metros ¿Sigue siendo alta verdad? -Nos interroga Archón muy orgulloso.

Desde lo alto, continuamos viendo torres y edificios.

-Allí abajo- nos señala nuestro joven guía- se encuentra el Ayuntamiento

Seguimos la vista para ver un edificio de piedra que destaca majestuoso en una bonita plaza medieval rodeada de bellas y cuidadas casas.

- Aquella torre puntiaguda es la de la Catedral Luterana. La de su derecha corresponde a la Iglesia de San Nicolás. Los nombres de las torres de las murallas son muy sugerentes: “Margarita la Gorda, Mira a la cocina, la de la Cabra, la de la Doncella, las torres de la Monja”. – Nos sigue señalando Archón en su recorrido desde lo alto.


La Ciudad Baja vista desde el mirador de la Ciudad Alta

Dejamos el mirador y después de una breve parada para comprar el ámbar típico del Báltico, empezamos a caminar cuesta abajo hacia la Ciudad Baja.

A mitad de camino nos encontramos con la Catedral Evangélica Luterana de Estonia. Nuestro guía se detiene en la puerta y nos cuenta la leyenda de Otton Johann Thuve, un hombre tan mujeriego como nuestro Don Juan. Antes de morir, arrepentido de sus pecados, pidió ser enterrado a la entrada de la iglesia. De esa forma todos los feligreses pasaríamos por encima de su tumba y así contribuíamos a redimir sus pecados. Nada más fácil. Pisamos la tumba y entramos.

Ya dentro de la iglesia, Archón nos refiere, con su entusiasmo de siempre, cómo en el siglo XVII Toompea sufrió un incendio y esta catedral se vio afectada en el interior, pues era y es de madera. El maestro ebanista Ackerman se encargó de restaurarla.

Lo que más nos llamó la atención y Archón se encargó de ello, fue la gran colección de escudos con epitafio, un total de 107, y árboles genealógicos de madera policromada. También hizo que nos fijásemos en los sarcófagos de piedra.

-Este pertenece al almirante ruso Samuel Greigh. Fue encargado a Italia por Catalina II. Se encuentra enterrado aquí porque fue su amante. Eso es lo que dicen los libros, pero yo tengo mi propia teoría y dudo que el cuerpo que está aquí enterrado sea de este hombre. Y me hago esta pregunta ¿Con la cantidad de amantes que tuvo la emperatriz rusa Catalina, por qué iba ser precisamente él el enterrado aquí?

  • Quizás fuera una de los más importantes- Me atrevo a sugerir.
  • No. No lo creo- Sigue negando y dudando Archón.-En cualquier caso pueden ver que aún quedan muchos escudos por poner. Así que tendrán que volver a visitar Estonia dentro de dos años para mirar si están todos colocados o no.
Archón es así. Siempre desea que nuestra visita sea fácil y alegre.


Flores azules siguen a las amarillas y llegamos a otra ciudad.

-¿Cómo se llamará esta ciudad?

- Mamá se llama Narva, me dice David que ya se ha despertado.

Observo como la gente anda por la calle con sus bolsas y también hay carriles de bicicletas. De vez en cuando pasa una. Circulan pocos coches, la mayoría viejos.

Llegamos al primer control de frontera. No se olvide que estamos dejando Estonia para entrar en territorio ruso, pues nuestro destino es San Petersburgo.

Como ahora estamos parados, puedo escribir mejor.

Tomo mis recuerdos para seguir visitando la ciudad de Tallin. Seguimos en la bajada por la Calle de la Pierna Larga y la Calle de la Pierna Corta pasando por sus dos puertas con el mismo nombre. Realmente te encuentras como si estuvieras un poco en la Edad Media por las calles empedradas, las torres y las murallas.


Entrada al casco antiguo de Tallin por la calle de la Pierna Corta

Tomo mis recuerdos para seguir visitando la ciudad de Tallin. Seguimos en la bajada por la Calle de la Pierna Larga y la Calle de la Pierna Corta pasando por sus dos puertas con el mismo nombre. Realmente te encuentras como si estuvieras un poco en la Edad Media por las calles empedradas, las torres y las murallas.
 
La plaza del Ayuntamiento es bonita, acogedora y llena de turistas. Destaca la fachada del propio edificio de la Casa Consistorial, de piedra caliza en estilo gótico tardío y del que sobresalen dos gárgolas de cobre en forma de cabeza de dragón. También se conserva un grillete de hierro llamado “Poste de los Escarmientos” y más tarde “Poste de las Torturas” (El nombre lo dice todo) Del edificio sobresale una torre con una veleta de cobre que llaman “El Viejo Tomás” símbolo de la ciudad. También llama la atención en esta plaza donde se celebran con frecuencia festivales y acontecimientos medievales, La Farmacia Municipal.
  • Esta Farmacia es la más antigua de Europa- Nos informa nuestro rubio guía- Del año 1422.
No me atrevo a decirle que eso mismo me han dicho de la Farmacia de Livia en LLeida , de la de Soller en Mallorca y de la de Peñaranda de Duero en Burgos. Los buenos investigadores sabrán cuál es en realidad la farmacia que lleva más años construida. No sé el porqué, pero hay leyendas y tópicos que se repiten en diversa partes del mundo.

Es Tallin una de las ciudades que más leyendas tiene y Archón es gran aficionado a ellas

- Cerca de esta Farmacia del Ayuntamiento hay dos piedras en forma de L. Representan una media cruz. Esto fue debido a que a finales del siglo XVII, en este lugar, se decapitó a un cura que a su vez había matado con un hacha a una sirvienta y parece ser que fue la única ejecución pública que se efectuó en esta plaza de reunión de ciudadanos y de mercado, tanto en épocas pasadas como en las actuales.


La Plaza del Ayuntamiento

Al terminar la visita a la ciudad se ha acercado Roselin y nos ha indicado que en una tienda se puede comprar productos cosméticos. Como no soy muy coqueta y además estamos cansados, preferimos irnos hasta el hotel.

Antes de despedirse de nosotros, Archón nos ha contado un chiste sobre el tiempo en Estonia, pues parece que hemos pillado el único día de verano que hay en ese país. 

-En Estonia las estaciones son: invierno, invierno, invierno y un día de verano. Por eso el estonés coge siempre el paraguas cuando sale de su casa,  porque seguro que en un algún momento del día,  lo tiene que utilizar, ya que llueve, escampa y luego vuelve a llover. Hoy ha sido una excepción. Debe ser nuestro día de verano. No es de extrañar, ya que Vds. como españoles,  nos han traído su famoso sol.

Espero que la visita haya sido agradable y no olviden que tienen que volver dentro de dos años para contar los escudos. ¡Que sigan teniendo buen viaje!







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